Lewis Hamilton fue cazado por la policia francesa el pasado domingo en la autopista A26, en el tramo de Calais a Reims, cuando probablemente acababa de atravesar el estrecho para acudir a algún lugar de Francia. Hamilton, que conducía o, mejor dicho, pilotaba un flamante, impresionante y poderoso Mercedes CLK 63 preparado por AMG, la compañía que prepara y tunea los deportivos de la estrella plateada, fue pillado por la policía a 196 km/h.
RECONOCIMIENTO DE CULPA:
"El conductor --explicó la policia francesa-- reconoció de inmediato la infracción, se justificó diciendo que corría porque la autopista estaba vacía y estuvo muy gentil durante todo el atestado". La infracción se tradujo en una multa de 600 euros, que Hamilton pagó de inmediato; la retirada de carnet durante un mes y la inmovilización del coche porque no era del piloto y llevaba matrícula alemana, pues se trata de uno de los coches que Hamilton tiene cedidos por la fábrica alemana. Al día siguiente, un amigo de Hamilton retiró el vehículo confiscado.
El coche que conducía Hamilton, valorado en 100.000 euros, es un sofisticado modelo preparado por AMG (siglas de los fundadores de la empresa, Aufrecht y Melcher, y del pueblo donde se encuentra, Grossaspach), dotado de un motor V8 de 32 válvulas, que arroja 475 caballos de potencia y tiene limitada electrónicamente la velocidad punta a 300 km/h. El vehículo es tan poderoso que últimamente es utilizado como safety car, es decir, coche de seguridad de F-1 que sale a la pista cuando se neutraliza la carrera.
